Quien se hace responsable por alguien más tiene más pasión por conocer las Escrituras, pues desea estar listo para responder sus preguntas; tiene más pasión por cuidar su testimonio, pues está siendo visto e imitado; tiene más deseos por congregarse, para ver y llevar a otros; y busca más el rostro del Señor en oración, pues depende de Él para todo lo anterior.
Asuntos básicos como tener una agenda o un presupuesto podría impactar más en tu crecimiento espiritual de lo que has sido consciente.
Necesitamos un criterio para nuestra aproximación a la música. Aquí encontrarás una serie de consideraciones para que con la ayuda del Señor puedas establecer el tuyo. Sé que para algunos este podría ser un tema ya cerrado, pero creo que valdría la pena volver a pensarlo, para nuestro provecho y el de nuestros hermanos.
Si quieres comenzar un blog, un podcast, un canal de YouTube o una cuenta en Redes Sociales, lee esto primero. Existe ahora mismo una gran oportunidad de edificación por medio de Internet, pero aprovecharla tenemos que superar algunos paradigmas, como el afán por la popularidad y la microatención.
Orar es más que pedir cosas, es también manifestar una actitud ante nuestro Señor, ¡y rendir cuentas! Cuando venimos a su presencia, aún antes de abrir los labios con nuestra actitud ya estamos hablando.
La misericordia es la expresión intencional del amor, impulsada por el Espíritu Santo y expresada ante aquellos que de forma natural no entrarían en nuestro radar.
Lograr que en vez de ocupar seis horas a la semana en actividades de valor secundario como ver actualizaciones en redes sociales, el siguiente capítulo de una serie en Netflix o videos en YouTube ese tiempo sea utilizado para la exaltación del Señor y la edificación de su iglesia.
La frase es de Francisco de Asís, y se repite frecuentemente: «predica todo el tiempo, y de ser necesario, usa las palabras». Las dos limitaciones principales son las siguientes.
En realidad el hombre natural no tiene tanta hambre y sed de justicia como dice tener, pues si verdaderamente fuera así, no solamente se quejara del delincuente que sale por televisión, sino también por aquellos delitos privados que cometen a diario contra sí mismos, contra el prójimo y contra Dios y le tienen sin cuidado.