Necesitamos un criterio para nuestra aproximación a la música. Aquà encontrarás una serie de consideraciones para que con la ayuda del Señor puedas establecer el tuyo. Sé que para algunos este podrÃa ser un tema ya cerrado, pero creo que valdrÃa la pena volver a pensarlo, para nuestro provecho y el de nuestros hermanos.
Esta es una pregunta frecuente: ¿deberÃamos los cristianos escuchar música secular? Mi respuesta va en la dirección de tener un criterio, más allá de un sà o un no. La manera más corta de responder serÃa decir que técnicamente no existe tal cosa como la «música cristiana» o la «música secular», que la música es un lenguaje universal y solamente podrÃa ser calificada como buena música y mala música, música con letra cristiana y música con otra temática. Esta respuesta corta se escucha tan bien como el estribillo de una canción bien compuesta y arreglada, pero no toma en cuenta otros factores muy necesarios que deberÃamos considerar. Como cristianos necesitamos un criterio para nuestra aproximación a la música, y es lo que intentaré esbozar en este artÃculo: una serie de consideraciones al respecto de la música para que después de leerlo y con la ayuda del Señor puedas establecer el tuyo propio según la verdad (eterna y estable) y tu situación particular (temporal y dinámica):
La música es un regalo de la gracia común de Dios para todas sus criaturas, sin ella nuestra existencia en este mundo caÃdo serÃa aún más difÃcil.
La música está siempre presente. Entiende que es virtualmente imposible abstraerte completamente de la música. Ella ha estado con nosotros desde el comienzo de la historia y la historia con música terminará. Aún si cerráramos nuestros oÃdos las melodÃas están en nuestra mente y se evocan en cualquier momento, pues nuestra memoria musical es muy potente. No solamente escuchamos la música que nosotros queremos, sino la que quieren los otros: en la casa, en la calle, en el barrio, en el transporte público, en las pelÃculas y hasta los anuncios comerciales. Además, la música es un regalo de la gracia común de Dios para todas sus criaturas, sin ella nuestra existencia en este mundo caÃdo serÃa aún más difÃcil. Tomando esto en cuenta nuestra aproximación a la música (tanto de la música que preferimos como de la que no) nunca podrÃa binaria: escucho esto y aquello no; podemos elegir deleitarnos o no deleitarnos, pero no entre escuchar o no escuchar. A veces me he encontrado a mà mismo repitiendo el estribillo de canciones que no comparto (ya sea por su letra, música o por lo que representan), pues son tan pegajosas que casi no puedo evitarlo.
Ella ha contribuido a formar tu cosmovisión, tus gustos, tu vocabulario, tus opiniones y hasta tus relaciones.
La música nos influye. Entiende que la música tiene más influencia sobre ti de la que quizás eres consiente: influye en tu estado de ánimo, en tus deseos y en tus elecciones. Ella ha contribuido a formar tu cosmovisión, tus gustos, tu vocabulario, tus opiniones y hasta tus relaciones. Puedes seguir siendo influenciado pasivamente por ella —recibiendo sin criterio todo lo que la música puede ofrecerte— o ser consciente de su influencia para según sea el caso evitarla, rechazarla o afirmarla. Por regla general, quien más tenga más sensibilidad musical más influenciado será por ella, por lo que deberÃa ser más cuidadoso.
A veces ni siquiera hay que escucharlas enteras para darse cuenta, temprano anuncian hacia dónde van.
La música puede ser desechable. Aunque necesitamos siempre ejercitar el discernimiento, hay música que no deberÃa existir y a la cual harÃamos bien en nunca visitar. Esto incluye algunas piezas consideradas como música cristiana que por su pobre contenido hacen más daño que bien y esperamos que pronto queden en el más profundo olvido. Incluyo este punto para responder a aquellos que se refugian en el «examinadlo todo; retened lo bueno»1, ignorando que inmediatamente después se nos dice también «absteneos de toda especie de mal»2. Si al escuchar una canción encontramos que no es saludable no hace falta incluirla en el playlist; a veces ni siquiera hay que escucharlas enteras para darse cuenta, temprano anuncian hacia dónde van. Hay playlist que al hombre le parecen derechos, pero su fin es camino de muerte.
Hay playlist que al hombre le parecen derechos, pero su fin es camino de muerte.
Asà como es virtualmente imposible abstraerse de la música, es virtualmente imposible no compartirla, y cuando compartes la canción estás compartiendo todo lo demás.
La música tiene agenda. Comprende que lo que representa una canción va más allá de la canción misma. Cada obra sirve a los intereses de un autor y le representa: sus puntos de vista, sus causas, movimientos y filosofÃas. Puedes decir que te encanta una canción, pero rechazas la obra de ese artista en su conjunto, y serÃa sabio si solamente la escucharás tú. El caso es que asà como es virtualmente imposible abstraerse de la música, es virtualmente imposible no compartirla, y cuando compartes la canción estás compartiendo todo lo demás. Ya sea que al escucharla otros también la escuchen, o que ella emerja en tus conversaciones —en especial si te gusta tanto— otros buscarán la canción, el artista (nombre, estética y corriente), el video en YouTube y la producción completa. Sé que serÃa mucho pedir que admitamos la obra completa de alguien para valorar una pieza, pues nos quedarÃamos sin música, pero tampoco ignoremos que una canción podrÃa ser la puerta a una casa a la que quizás deberÃamos pensarlo dos veces antes de enviar a otros. Si terminas haciéndolo, por lo menos mándalos advertido. (En la música este punto es mucho más relevante que en la literatura o el cine donde las obras tienden a estar más separadas de su autor.)
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad. Filipenses 4:7-8
Al aplicar el filtro te darás cuenta de que el segmento de la cultura contemporánea al que un creyente podrÃa con responsabilidad y limpia conciencia exponerse es relativamente pequeño, esta es una de las consecuencias del pecado y una razón para anhelar que la cultura sea redimida.
Asà mismo son algunas canciones, algunos músicos y algunos compositores: ¡formidables y terribles!
La iglesia del Señor tiene una herencia musical muy rica, tanto en lo musical como en las letras.
Si eres un nuevo creyente y tienes sensibilidad musical podrÃas encontrar que tus opciones ahora son mucho más limitadas, y asà es, llegar a tener nuestro deleite en Dios y vivir para su gloria requiere estos sacrificios. De todos modos, te animo a que conozcas la música cristiana, la iglesia del Señor tiene una herencia musical muy rica, tanto en lo musical como en las letras. Te sorprenderás al descubrir que frecuentemente es el mundo que ha copiado de nosotros y no al revés. Limpia tu playlist, eso te ayudará a limpiar tu mente, tendrás pensamientos más puros, más gozo y mejores decisiones; en resumen, a una vida victoriosa. Y si eres un músico cristiano, te animo a que en vez de unirte al mundo o replicar sus formas contribuyas con la causa.
Jun 6, 2018Relacionado ArtÃculo: ¿DeberÃamos los cristianos consumir bebidas alcohólicas?.