Para volver a sembrar
Entre las muchas causas de muerte posible para la misión, como los conflictos y las herejías, la que más frecuentemente se subestima es el cariño. Amamos —me incluyo— profundamente la iglesia local tal cuál la hemos conocido, colocamos las relaciones por encima de la causa y nos aferramos a lo que una vez fuimos en vez de asumir con valentía lo que aún podemos ser para el Señor.