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La bendición del trabajo

A diferencia de lo que enseña la cultura popular y muchos cristianos repiten por ignorancia, trabajar no es un castigo, sino un privilegio dado al hombre —desde antes de la caída— para que expresara la imagen de Dios (creatividad, orden, prudencia, sentido de propósito y concreción) puesta en él, trabajando.

Cuadernito de oración

En cuanto la oración —una disciplina espiritual— el cuadernito es la herramienta clave, nos ayuda a orar más y mejor, sobre todo, convierte lo que hoy es una petición de oración en un motivo de acción de gracias para mañana.

Tres peligros en la lectura

En cuanto a la lectura, los cristianos regularmente estamos en dos lados: el lado de aquellos que no leen nada y el lado de aquellos que solamente leen un reducido número de autores, especialmente los «autores populares».

Distracción: poco fruto

Distraernos en cosas secundarias aunque no necesariamente sean pecaminosas es la tentación más común: el abuso del trabajo —incluido el trabajo ministerial— o el abuso del reposo son distracciones populares que por no tener la connotación negativa de la borrachera, el adulterio o la idolatría se pasan por alto.

Fruto: por su gracia y para su gloria

Fruto no es cualquier cosa «buena» que se manifiesta en la vida de alguien, sino, solamente aquello que se manifiesta como consecuencia de la vida de Cristo y que sin Cristo sería imposible que se manifestara.

Que se conviertan a Cristo

El mejor maestro es aquel que puede mostrarnos a Cristo más claramente, un instrumento de un fin más allá de él mismo y que cuando mejor hace su trabajo es cuando menos logra verse.

El centro de la adoración

En la conversación que tuvo nuestro Señor con la mujer samaritana se describe el punto más importante de la correcta adoración, sin importar cuál sea la expresión de la misma (canto, oraciones, obediencia, ofrendas). Todo comienza con una correcta idea de Dios.

Esto es creer y ser cristiano

Un cristiano no es un hombre crédulo, nunca cree con ligereza y pocas veces lo hace fácilmente. Más bien es un hombre que luego de luchar (intelectualmente) en algunos casos por largo tiempo ha llegado a persuadirse de que Cristo es real, que es el hijo de Dios y es su salvador.

No se trata de ti

El ministerio de adoración de nuestra iglesia no existe para llenar tus expectativas particulares, sino, para conducirnos a adorar a Dios y llenar la expectativa suya. No se trata de ti, no se trata de nosotros, se trata de Dios. No deseamos cantarte, no deseamos que nos veas cantar, lo que queremos es animarte para que juntos adoremos a Dios.