No se trata de ti

Ministerio de Adoración / PezMundial

Foto: Tiempo de adoración en nuestra iglesia. Es un momento preciosa cuando la iglesia no solamente acude a escuchar las canciones que interpreta el ministerio de adoración, sino que las hace suyas y todos cantamos juntos para El Señor.

Adorarse / Adorarnos / Adorarle

Hace unas semanas estuve hablando en PezMundial sobre algunas expresiones de idolatría que pasean libremente por las iglesias sin que se les preste mucha atención y en la práctica son más perjudiciales que un palo de madera. Entre ellas, la que considero más peligrosa, por frecuente y dañina, es hacer del ministerio de adoración un instrumento para llenar nuestras propias expectativas. Me avergüenza y lamento que un alto número de las reuniones pastorales que he tenido hayan sido con hermanos que desean que el ministerio de adoración de nuestra iglesia llene sus expectativas particulares en cuanto a los ritmos, la instrumentación o la presentación; es gente que viene a la iglesia para adorase o para adorarnos, pero no a adorarle a Él.

Tonalidades

Sospecho que son más las de personas que han abandonado una iglesia local por algo relacionado con la música que aquellas que lo ha hecho por razones doctrinales, y no me refiero a una discrepancia con el contenido mismo de lo que se canta o la actitud con que se hace, sino a algo tan trivial como que las canciones tengan determinada tonalidad que me haga sentir lo que quiero sentir en el momento: la devoción y la melancolía del re menor, la alegría del la mayor, el amor devoto del mi menor o el arrebato del fa mayor. Quizás no se saben las notas, pero piden canciones de las que sacan lágrimas —tonalidad menor— o de las que exigen aplauso y movimiento —tonalidad mayor—. En la práctica, se ha demostrado que tres acordes tienen más poder para separar una iglesia que cualquier herejía y cantar a Dios con tal o cual instrumentos ha levantado más reformadores que Romanos 1:17, pues cuando alguien quiere entrar por la música a determinado estado de ánimo y la música no le ayuda, siempre piensa que hay algo espiritual en el ambiente.

Un cartelito

Quisiera enmarcar lo siguiente en un cuadro y ponerlo en la entrada de la iglesia con letras grandes para que todo el que entre lo lea: El ministerio de adoración de nuestra iglesia no existe para llenar tus expectativas particulares, sino, para conducirnos a adorar a Dios y llenar la expectativa suya. No se trata de ti, no se trata de nosotros, se trata de Dios. No deseamos cantarte, no deseamos que nos veas cantar, lo que queremos es animarte para que juntos adoremos a Dios.

Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con júbilo a la roca de nuestra salvación. (Salmos 95:1)