El día del Señor (una paradoja)

Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. 1 Tesalonicenses 5:2-4 RVR

Mientras estudiaba el tema de nuestra salvación para unos sermones que predicaré próximamente, me topé con la siguiente paradoja: hemos sido salvados por el Señor del día grande y espantoso del Señor. ¡Sorprendente! Estamos acostumbrados a la historia de la ciudad que es tomada por el enemigo destructor hasta que en el último momento llega el héroe que vence al enemigo y pone la ciudad a salvo, pero la historia de la salvación es la historia inversa. Nuestro enemigo el diablo trabaja por nuestra destrucción ahora mismo de forma velada1 y nos hace creer que nos protege, nos anima a pensar que estamos a salvo, que el mundo nunca será totalmente destruido, que no seamos fatalistas, que dejemos de pensar en el final, que vivamos el aquí y el ahora, que no necesitamos un salvador sino solamente una mejor economía, una mejor actitud, un mejor gobierno, un mejor sistema educativo; pequeños ajustes. Al final de los tiempos, nuestro adversario el diablo le hará creer a los perdidos que Dios es su enemigo, pues en el día del Señor, el Señor mismo vendrá a destruir con fuego todo ese sistema de cosas tergiversadas2 que ellos, por engaño, han llegado a amar3 y llamar bueno4: Satanás pretenderá salvar al mundo de su verdadero salvador. ¡Qué gran paradoja!

  1. 2 Corintios 11:14 RVR: «Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz». []
  2. 1 Juan 2:15-17 RVR: «No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre». []
  3. Santiago 4:4 RVR «¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios». []
  4. Isaías 5:20 RVR: «¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!» []

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