Sé responsable por alguien más

Consejo Pastoral:
Quien se hace responsable por alguien más tiene más pasión por conocer las Escrituras, pues desea estar listo para responder sus preguntas; tiene más pasión por cuidar su testimonio, pues está siendo visto e imitado; tiene más deseos por congregarse, para ver y llevar a otros; y busca más el rostro del Señor en oración, pues depende de Él para todo lo anterior.

En todo creyente verdadero hay un sincero deseo de tener una mayor profundidad espiritual, de ver más fruto, más del carácter de Cristo manifestándose en él.

Estuve compartiendo un consejo pastoral con mis hermanos que quisiera compartir también por aquí. Creo que en todo creyente verdadero hay un sincero deseo de tener una mayor profundidad espiritual, de ver más fruto, más del carácter de Cristo manifestándose en él. De tener novedad en su caminar con el Señor: una frescura, una llenura, una evidencia renovada de que el Espíritu Santo se está moviendo en él. Desea un poco más de pasión por la cosa del Señor, por las Escrituras, por la oración, por congregarse. Quizás te has intentado comprometer con alguna disciplina espiritual y no sabes si vas a poder llevarla. Percibir la necesidad y admitirla es el primer paso, ya es ganancia. Querer salir de nuestra normalidad es una señal positiva.

Diferentes formas de aumentar nuestra pasión

Cuando descubren esta necesidad algunas personas van a un congreso. No está mal, yo también voy a congresos, pero sé que le alcance que tiene un congreso para producir pasión en nuestro corazón es limitado, y al mismo tiempo sé, que asistir a congresos no está al alcance de todo el mundo. Otros piden un retiro espiritual, un tiempo de quietud para dedicarse por dos días o tres a buscar el rostro del Señor. Esto también es positivo. Otros buscan un líder que le acompañe, una persona que le de instrucción, asesoría, mentoría, la clave para conocer más a Dios y tener profundidad. Otros leen libros, y es muy bueno, sobre todo buenos libros; algunos libros han cambiado la vida de la gente. Mi consejo pastoral en este sentido es que si alguien quiere tener más profundidad en su vida espiritual, más del carácter de Cristo, lo mejor no es leer un libro, buscar un líder, ir a un congreso o un retiro. Lo más accionable, práctico y —en mi opinión— donde están los mejores resultados, es hacerse responsable por alguien más. Esto frecuentemente se conoce como discipulado: el proceso mediante el cuál nos estimulamos los unos a los otros a imitar a Cristo para parecernos a Él.

Discipulado
Se conoce como discipulado: el proceso mediante el cuál nos estimulamos los unos a los otros a imitar a Cristo para parecernos a Él.

Una diferencia en Pedro

Si me preguntaran cuál es la disciplina que puede marcar un antes y después en el crecimiento de un creyente, un buen punto de apalancamiento espiritual, mi recomendación es asumir una responsabilidad espiritual por alguien más. Creo que esto hizo también la diferencia en el desarrollo del Apóstol Pedro:

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: apacienta mis ovejas. Juan 21:15-17

Cómo hacerlo

Quien se hace responsable por alguien más tiene más pasión por conocer las Escrituras, pues desea estar listo para responder sus preguntas; tiene más pasión por cuidar su testimonio, pues está siendo visto e imitado; tiene más deseos por congregarse, para ver y llevar a otros; y busca más el rostro del Señor en oración, pues depende de Él para todo lo anterior. Para hacerlo puedes invitar a alguien —un vecino, un hermano de tu iglesia, un compañero de trabajo— para que lean la Biblia juntos, para tener un tiempo semanal de oración o para traerlo contigo a tu iglesia. También puedes hacerlo en tu ministerio, invitando a un creyente a servir contigo para poder cuidarle más de cerca. La persona ni siquiera tiene que saber que has asumido —ante el Señor— la responsabilidad de ser ejemplo, sólo hazlo y será de bendición para ambos. Son acciones relativamente pequeñas y alcanzables para la mayoría de los creyentes, pero que pueden repercutir en un amplio proyecto espiritual. Para lograrlo tendrás que hacerte disponible, pero valdrá la pena.

Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. Hebreos 10:24

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