
Estas cinco prácticas (mostrar genuino interés, tener la misma fuente de autoridad, buscar oportunidades, depender de Dios y evitar controlar al aconsejado) son un buen punto de partida para comenzar a capacitarnos como consejeros.
No somos nosotros contra ellos, sino, nosotros a favor de ellos y en contra de cualquier conducta y estilos de vida que dañen la imagen de Dios. No se trata de los cristianos contra los homosexuales, sino de pecadores (nosotros) a favor de pecadores (ellos) en un esfuerzo de que prevalezca la gloria de Dios sobre toda su creación, no la opinión de un grupo sobre el otro.
Los cristianos podemos aceptar con facilidad que Dios ha mostrado su amor para con nosotros de una manera especial, «en que siendo aún pecadores Cristo murió por nosotros», pero regularmente obviamos que la gracia común de Dios está disponible para todas sus criaturas.
La creación completa sigue ciclos recurrentes que nos permiten detenernos, mirar hacia atrás, pasar balance, luego mirar hacia delante y comenzar de nuevo. Nuestro planeta ha dado una vuelta completa alrededor del sol, el creador anuncia que hemos terminado un período de misericordia y comenzado otro, tenemos una nueva oportunidad de hacer cosas para la gloria suya.
Solamente uno abrió su boca para glorificar a Dios. Solamente uno se postró rostro en tierra humildemente a los pies de Cristo. Solamente uno dio las gracias. Todas las bocas se abrieron para pedir, sólo una boca se abrió para agradecer.
Si el mundo celebra la navidad del Dios que no conoce, aprovechemos su intención para presentárselo. Si del anuncio que dio el ángel celebran solamente la primera parte (el nacimiento) aprovechemos la ocasión para darles el anuncio completo: lo que Cristo vino a traernos (salvación) y también lo que Cristo nos exige (sujeción a su señorío).
Presentación Esta es la última parte de esta serie de…
No desafina tanto ante Dios la vibración en la cuerda de una guitarra como el carácter de quien la sostiene; podría seguir con una cuerda rota y Dios recibiría por igual su canción, pero si no tuviera el corazón correcto, aunque vibrara la cuerda en su frecuencia, sería reprobado; el hombre, su canción y su guitarra.
Todos los pecados son iguales ante Dios y tienen la misma consecuencia, pero algunos pecados son más destructivos que otros, especialmente por sus implicaciones colectivas: dañando a quien participa en ellos y a sus semejantes. No atacamos un pecado en especial, pero refutamos especialmente aquellos que afectan la familia, por ser la primera institución creada por Dios y la base de la sociedad.