La prioridad de la oración (Audio)

Audio La prioridad de la oración. Sermón predicado en nuestra iglesia el Domingo 23 de Febrero del 2020. Descargar MP3

Nuestros conciudadanos, y también nuestros miembros, están a la espera de que las iglesias cristianas se manifesten: que salgan a las calles, que levanten pancartas; nuestro silencio es tenido en el mejor de los casos como indolencia, y en el peor como complicidad.

En medio de los días difíciles que está viviendo nuestra nación, la iglesia cristiana ha sido insistentemente cuestionada por su pasividad en tomar parte. Nuestros conciudadanos, y también nuestros miembros, están a la espera de que las iglesias cristianas se manifesten: que salgan a las calles, que levanten pancartas; nuestro silencio es tenido en el mejor de los casos como indolencia, y en el peor como complicidad. Presentar la oración como un recurso para salir de la crisis ofende: quienes se sienten burlados por la autoridad asumen que no es más que una excusa, una muestra de debilidad, una manera religiosa de salir del paso y dejar las cosas como están. Sigan orando a su Dios, pero también vengan a protestar por su nación —nos dicen—, y puede ser que tengan algo de razón. En estos días pareciera que quien no tiene una foto en la Plaza de la Bandera con un cartón en la mano no es dominicano; que protestar frente a la Junta Central Electoral garantiza más la identidad que la cédula. Son días peligrosos para quienes creemos que Dios tiene en sus manos el control de los tiempos y que la oración, sin ser el único recurso, sigue siendo el más efciente. Hoy estaremos recordando a los creyentes la prioridad de la oración y presentando a Cristo como nuestra única esperanza. Estaremos hablando de nuestro Dios, de nuestra Patria y de nuestra Libertad.

Presentar la oración como un recurso para salir de la crisis ofende: quienes se sienten burlados por la autoridad asumen que no es más que una excusa, una muestra de debilidad, una manera religiosa de salir del paso y dejar las cosas como están. Sigan orando a su Dios, pero también vengan a protestar por su nación —nos dicen—, y puede ser que tengan algo de razón.

En estos días pareciera que quien no tiene una foto en la Plaza de la Bandera con un cartón en la mano no es dominicano; que protestar frente a la Junta Central Electoral garantiza más la identidad que la cédula.

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