La meta en la vida del creyente no debería ser solamente su crecimiento particular, sino que debería ocuparte también de crecer junto a sus hermanos, sabiendo que somos un cuerpo, una familia, que militamos juntos en el ejército del Señor. Así mismo lo describió el Apóstol Pablo en Efesios 4:12, la clavé está en la expresión «hasta que todos lleguemos», y no solamente algunos. Les comparto a continuación, en siete minutos, algunas ideas para comenzar a tener una intención más corporativa.