Pregunta:
¿Puede un cristiano participar en un negocio multinivel?
El comercio (tradicional o multinivel) no es malo ni pecaminoso en sà mismo, el pecado está en nuestro corazón.
Los negocios multinivel o redes de distribución son empresas comerciales como cualquier otra, su particularidad está en que, a diferencia de una empresa tradicional, su modelo de negocios utiliza un esquema distinto en la distribución de sus bienes o servicios: redes de distribuidores personales en una escala de niveles ascendentes. Ni son el mejor modelo de negocio, ni son el más apropiado para todo el mundo ni son el modelo mágico: requieren lo mismo que cualquiera de las demás actividades productivas que se desarrollan sobre esta tierra: inteligencia, tiempo y esfuerzo. El comercio (tradicional o multinivel) no es malo ni pecaminoso en sà mismo, el pecado está en nuestro corazón, no en las instituciones. Las escrituras no indican nada en contra del comercio y el trabajo, sino todo lo contrario: lo estimulan, exhortándonos a la diligencia1, al comedimiento2 y a la supervisión3. Siendo asÃ, la pregunta no puede ser respondida de forma cerrada (correcto o incorrecto, bueno o malo) ni en términos absolutos, sino en el terreno de la sabidurÃa y la prudencia. Quizás ayude replantear la pregunta: ¿Es sabio y prudente para un cristiano participar en negocios multinivel?
Respuesta Corta:
SÃ, siempre y cuando sea esa la mejor manera en que puede glorificar a su Señor con los recursos que administra de Él y al hacerlo, siga el consejo de Dios.
Cada tipo de comercio tiene vicios particulares en los que deberÃamos tener cuidado especial para no caer.
Como en cualquier otra actividad, nuestro enfoque como siervos de Cristo debe de ser su mayor gloria. Cada tipo de comercio tiene vicios particulares en los que deberÃamos tener cuidado especial para no caer. Pero aún asÃ, hasta en los negocios más propensos al vicio y al abuso —los préstamos y el entretenimiento, por ejemplo—, podemos glorificar a Dios. Lo que comparto a continuación son precauciones para que, después de haber determinado que un modelo de negocios multinivel es la mejor forma en que puede glorificar a Dios con lo que ha recibido de Él (inteligencia, tiempo, fuerzas) un cristiano sea sabio y prudente y evite asà caer en el error. No aplican para ningún negocio multinivel en especÃfico sino para cualquiera de ellos y por extensión, para cualquier otra forma de comercio.
Fuimos diseñados para vivir para siempre, por eso, nuestros sueños regularmente son más grandes que nuestra expectativa de vida.
Insatisfacción. Es común que en las reuniones de reclutamiento algunos promotores de negocios multinivel utilicen la estrategia de aumentar exponencialmente la insatisfacción que está siempre presente en la gente para luego ofrecer su modelo como la salida. Esto es relativamente fácil de lograr y muy contagioso: vivimos en un mundo imperfecto, lleno de carencias y limitaciones, sobre esta tierra lo único seguro son las promesas de Cristo. Fuimos diseñados para vivir para siempre, por eso, nuestros sueños regularmente son más grandes que nuestra expectativa de vida y cuando vemos que se nos acaba el tiempo sin concretarlos llega la frustración. Reunir a doce personas en la sala de una casa para explicarles que su sueldo es insuficiente, que no tienen tiempo para hacer las cosas que realmente disfrutan, que los placeres que están a su alcance ahora mismo son muy limitados y que tendrán que trabajar durante toda su vida y posiblemente mueran en la miseria y sin ningún tipo de seguridad produce una expectativa inmediata que ningún modelo de negocio, por bueno que sea, podrá cumplir. ¡Atizar esas cosas produce un fuego incontenible! Seguridad, libertad y gozo pleno son bienes totalmente extraños en un mundo caÃdo: nadie lo ha logrado, nadie lo logrará, por lo menos no aquà después de Adán.
Es una oferta irreal, tremendamente atractiva, pues apela a nuestra naturaleza caÃda y las expectativas de eternidad que Dios ha puesto en nuestro corazón —expectativas que Él mismo desea suplir—, pero irreal y hasta irrisorias cuando lo ofrece el hombre. La respuesta del cristianismo a esta desesperante realidad de las limitaciones de nuestra existencia terrenal es el contentamiento: podemos utilizar nuestra inteligencia, tiempo y esfuerzo para lograr cierta satisfacción sobre esta tierra y en eso Dios es glorificado; podemos ser racionalmente felices, sobre todo, al saber que estamos caminando hacia una eternidad de plenitud, y Él desea que lo seamos. Saludamos desde ahora las cosas que han de ser, pero sabemos que ahora mismo no lo son. Eso se llama contentamiento, y se puede logran con mucho o con poco. Un poco de insatisfacción por la limitación de los bienes terrenales es muy saludable al alma: nos permite disfrutar de lo que tenemos sin dejar de anhelar la plenitud de las promesas.
No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, asà para estar saciado como para tener hambre, asà para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece. Filipenses 4:11-13
El hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; mas el que se apresura a enriquecerse no será sin culpa. Proverbios 28:20
Se apresura a ser rico el avaro, y no sabe que le ha de venir pobreza.Proverbios 28:22
Uno de los deleites que Dios nos ha permitido es ver la progresiva multiplicación de los recursos.
El ingreso pasivo no es malo en sà mismo, es la aplicación del instinto (adquisición) y los recursos que hemos recibido de Dios (inteligencia, tiempo, fuerzas; en este caso más inteligencia que esfuerzo fÃsico), lo que es malo es la expectativa de abandonar el trabajo o tener dinero sin trabajar, aunque sea intelectualmente. El trabajo no es un castigo, dejar de trabajar no es un fin loable. Uno de los deleites que Dios nos he permitido, utilizando el instinto de adquisición, es ver la progresiva multiplicación de los recursos: lograr convertir en diez los primeros cinco talentos que recibimos de Él y asà progresivamente. Quien ha logrado satisfacción en el desarrollo de un patrimonio puede decir que disfrutó cada etapa: los dos talentos, los cuatro, los dieciséis y hasta los sesenta y cuatro. Estimular la avaricia propia o la ajena —afanarse desmedidamente por no tener dieciséis talentos cuando se tienen cuatro o entristecerse porque otros ya lo lograron y nosotros no— no deberÃa de ser nunca la tarea en que participe un cristiano. Podemos disfrutar del trabajo, mucho más, cuando se hace como para Dios.
Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres; sabiendo que del Señor recibiréis la recompensa de la herencia, porque a Cristo el Señor servÃs.Colosenses 3:23-24
La única fiesta que por su relevancia merece que «forcemos a entrar» a los convidados es la fiesta de la salvación.
Envolvimiento. Sucede en todos los negocios, pero es un vicio mucho más común en los negocios multinivel: la vida de quienes en ellos participan gira en torno a eso. Un médico asiste a una reunión social y con prudencia podrÃa llevar a alguien de allà a su consulta, pero no hace de la cena un consultorio tratando de aumentar su práctica profesional. Un vendedor de automóviles se pone a la disposición, y cuando sus amigos lo requieren, solicitan sus servicios, pero no trata de que todos cambien su carro, hasta sin necesitad, para aumentar sus ventas. El negocio multinivel, por el deseo que tienen sus participantes de ascender en la red —por la insatisfacción y la avaricia aumentadas—, podrÃa envolver sus vidas y hacerlos esclavos. Lo mismo puede suceder con cualquier otro tipo de actividad productiva, pero en esta, por el componente filosófico y doctrinario que contiene, es más frecuente. IdolatrÃa es atribuirle a cualquier persona, lugar, cosa o institución los atributos o la honra de Dios. El Señor es nuestro proveedor seguro, nuestro mayor bien, nuestra representación y la fuente de nuestro gozo, no el negocio. Nuestras conversaciones, nuestra agenda y nuestras prioridades deberÃan estar centradas en Dios. La única fiesta que por su relevancia merece que «forcemos a entrar» a los convidados es la fiesta de la salvación. Trabaja con diligencia en tu negocio, multinivel o tradicional, ejercita la constancia y la paciencia, pero que nunca compita con el lugar de Dios. Se sabio y prudente, pues el que milita puede participar en los negocios de la vida, pero evitando siempre que los mismos le enreden.
Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Lucas 16:13
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 2 Timoteo 2:4
Si participas en modelo de negocio tradicional, glorifica a Dios allÃ, si el tuyo es multinivel, glorifÃcalo también.
Termino con una advertencia aplicable a cualquier modelo, tradicional o multinivel: no venimos a la casa de Dios a hacer negocios. Muchos de nuestros hermanos son profesionales valiosos en diferentes áreas del comercio, pero cuando vienen a la iglesia dejan el maletÃn en su casa. No está mal que les ofrezcas a los hermanos de tu iglesia tus productos o servicios (mejor si lo haces fuera de la reunión de adoración), ni siquiera está mal invitarlos a participar contigo en algún negocio, pero evita convertir tal cosa en una distracción. Los mercaderes que Cristo expulsó del templo4 hacÃan una labor loable, aunque fuera inicialmente (ofrecÃan animales para el sacrificio y cambio de monedas), pero eventualmente derivó en un mercado, envolviendo a sus participantes y distrayendo al pueblo de la adoración a Dios. Si participas en modelo de negocio tradicional, glorifica a Dios allÃ, si el tuyo es multinivel, glorifÃcalo también. Sobre todo, toma las precauciones de lugar para evitar caer en las trampas que tiene cada negocio en particular. En este artÃculo mencioné algunas relativas al multinivel, por ser esa la pregunta, pero cada modelo y cada industria tienen sus propios vicios. Seamos sabios y prudentes en el lugar en que Dios nos haya permitido operar.
(Si alguien ha intentado atizar en ti la insatisfacción o la avaricia, quizás mostrándote ejemplos de hombres ricos y exitosos que trabajan poco y disfrutan mucho o con vanas filosofÃas, te comparto esta porción de las Escrituras.)
No codicies sus manjares delicados, porque es pan engañoso. No te afanes por hacerte rico; sé prudente, y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y volarán al cielo. No comas pan con el avaro, ni codicies sus manjares; porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come y bebe, te dirá; mas su corazón no está contigo. Vomitarás la parte que comiste, y perderás tus suaves palabras. Proverbios 23:3-8