Dado que los gobiernos son corruptos, los padres no siempre son el mejor ejemplo y la iglesia no está ajena a la debilidades y conflictos, ¿cómo podemos lograr sujetarnos a su autoridad?
La iglesia local deberÃa evitar que se relajen las ordenanzas del Señor, evitar que, ya sea por negligencia o ignorancia, quienes no han creÃdo sean tenidos como verdaderos creyentes o miembros de una iglesia local.
Presentación de la Serie Esta es una serie de tres artÃculos sobre la gratitud: Tres lecciones de gratitud en la historia de Ana. Cada parte contiene una lección. Ayer martes publiqué la primera, con la primera lección y la introducción a la serie. Si no la has leÃdo puedes hacerlo antes de seguir, para tomar […]
Todo cristiano anhela ver el crecimiento de la iglesia, pero sabemos que esto no depende de nosotros mismos: es un milagro, algo sobrenatural que Dios se ha reservado para Él. Lo que sà está a nuestro alcance es sembrar en tantos lugares como nos sea posible, orar y esperar en el Señor, y si vemos fruto, administrar la cosecha como mejor podamos.
La completa eliminación del hambre, de la enfermedad o las injusticias no deberÃa ser nuestra aspiración en este momento. Pero el otro extremo, la indiferencia, tampoco deberÃa ser nuestro lugar: sabemos que siempre tendremos pobres entre nosotros, pero podemos trabajar para que no sean siempre los mismos.
Quizás hoy al partir el pan no se haga tan evidente la carencia en unos y la abundancia en otros, pero si en la vida de la iglesia permitimos que algunos de nuestros hermanos estén en la indigencia mientras otros podemos disfrutar de lujos, estarÃamos participando indignamente de la mesa del Señor.