Dado que los gobiernos son corruptos, los padres no siempre son el mejor ejemplo y la iglesia no está ajena a la debilidades y conflictos, ¿cómo podemos lograr sujetarnos a su autoridad?
Se les llama «ministros bivocacionales» a quienes aparte de su trabajo en la iglesia tienen que hacer otros trabajos para buscar su sustento y «ministros a tiempo completo» a quienes pueden dedicar todo su tiempo al trabajo en la iglesia y desde él pueden ser sostenidos.
Mientras más entendamos lo extraordinario que es el verdadero convencimiento de pecado, más nos gozaremos al ser testigos de una genuina obra del Señor.
¿A qué se refiere Pablo cuando dice que «el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido»?
No es un asunto de hacer acepción de personas: si alguien no tiene la naturaleza correcta no puede ser pastoreado. De hecho, sabemos que somos del Señor porque soportamos el cuidado pastoral, lo anhelamos y lo deseamos. El hombre natural, en su rebeldía, no puede ser pastoreado.
La infidelidad matrimonial no es tan sencilla ni emocionante como parece, ceder traerá gran daño, sobre nosotros, nuestras familias (esposa, hijos, familiares indirectos), nuestras iglesias y sobre todo nuestro entorno.
No es lo mismo mover ovejas que mover cajas, o camiones, o dirigir los operarios de una línea de producción.
La iglesia local debería evitar que se relajen las ordenanzas del Señor, evitar que, ya sea por negligencia o ignorancia, quienes no han creído sean tenidos como verdaderos creyentes o miembros de una iglesia local.
Una iglesia no se une cuando todos sus miembros se parecen, se une, cuando todos sus miembros se parecen más a Cristo.