La Biblia, manual del usuario

¡Si no la lees no funciona!

El libro en sí no tiene ningún efecto sobre su dueño, no intentes dejarla abierta en el Salmo 23 o ponerla debajo de tu almohada.

¡Así que ya tienes una Biblia! Quizás la compraste tú, quizás alguien te la regaló, quizás la estás leyendo en Internet desde tu computadora o celular. Espero que sepas que no se trata de un objeto de colección de esos que tienes en la casa para mostrarle a tus visitas o de una reliquia religiosa para guardar detrás de un cristal. Es un libro, y aunque hay gente que los tiene como adorno, el fin de un libro es que sea leído. El libro en sí (papel, tinta, hilo y pegamento) no tiene ningún efecto sobre su dueño, no intentes dejarla abierta en el Salmo 23 o ponerla debajo de tu almohada antes de dormir, pues —sin importar lo que hayas oído— nada de eso funciona. Tú enfócate en el contendido (leyéndola) no en el vaso. ¡Quizás fui yo mismo quien te la regalé! Si ese es el caso, aprovecho para decirte que de verdad quiero que la leas, por eso te la regalé. Te agradeceré mucho que si piensas dejarla arrumbada me la devuelvas o se la pases a alguien más, junto con esta guía del usuario que estás leyendo ahora mismo. Yo no me sentiré ofendido, solamente juntaré un poco las cejas y te miraré a los ojos fijamente, pero eso se me pasa pronto, quizás tiempo después hasta te vuelva a regalar otra.

Orientación general para el usuario

Realmente no es un único libro lo que tienes en la mano, sino una pequeña biblioteca: ¡66 libros!

Listo. Ya que creo que te convencí de que la leyeras, espero que la imagen de mis cejas juntas haya servido de algo, ahora déjame ambientarte un poco en el asunto. Realmente no es un único libro lo que tienes en la mano, sino una pequeña biblioteca: ¡66 libros! No te asustes, las técnicas de impresión han mejorado mucho desde que estos libros se inscribieron. Para entonces, todo este contenido estaba en royos, era sumamente difícil de manejar y llegar a tener un juego de estos libros costaba un dineral, pues había que mandarlos a hacer por encargo a un copista y esperar muchísimo tiempo. La mayoría de la gente tenía que conformarse con escuchar a otro leerla en eventos especiales o con memorizar algunas partes. Eran tan costosos que quizás no hubieses podido tener uno. ¡Yo tampoco te los hubiera regalado! Eso es lo que significa el nombre Biblia, viene de la palabra griega biblos, que significa libros.

Contenido y advertencia al usuario

No tengas miedo de marcarla con un resaltador lumínico, tomar notas en el margen o hasta, si lo necesitas, hasta doblar la esquina de alguna página.

Cada uno de los libros tiene su propio nombre (muchos se llaman como su autor o su destinatario), fue escrito en un género particular (historia, poesía, música, profecías, libro de viajes, cartas) y en un momento histórico específico, pues son hechos reales que realmente ocurrieron. Muchos personajes famosos y los principales pueblos de la antigüedad aparecen en la Biblia. Antes que me preguntes, no, no es una caja de música, la Biblia tiene cientos de canciones, pero solamente nos llegó la letra, pues para la época en que se escribieron no existía un sistema de notación musical. Y con relación a la poesía, no es del tipo «los zapatitos me aprietan y las medias me dan calor», sino poesía hebraica, más orientada al sentido que al ritmo. Dice, por ejemplo: «oye a tu padre, a aquel que te engendró; y cuando tu madre envejeciere, no la menosprecies1». ¿Viste qué interesante? La rima no está en las palabras, sino en las ideas. También espero que sepas que ninguno de estos libros fue escrito originalmente en español, sino en lenguas muy antiguas, alguien se tomó la tarea de traducirlos para que tú y yo podamos leerlos, a menos que quieras estudiar hebreo antiguo, griego koiné y un poco de arameo, cosa que dudo mucho. Esto puede crear cierta confusión, pues algunos piensan que hay más de una Biblia o Biblias diferentes, y no es así. Se trata de diferentes traducciones de un mismo texto. Quizás las palabras de una y otra traducción sean diferentes (algunas dicen vosotros y otras ustedes), pero al final trasmiten el mismo sentido. Con relación al uso, no tengas miedo de marcarla con un resaltador lumínico, tomar notas en el margen , si lo necesitas, hasta doblar la esquina de alguna página para saber dónde te quedaste. (Mejor no hagas esto último, pues la Biblia que te han regalado quizás no tenga el papel de mejor calidad y podrías perder la hoja. Tampoco intentes doblar las páginas si tu Biblia está dentro de tu celular, pues podrías dañarlo. Yo no me hago responsable, esto es solo una orientación, no garantizo nada.) El asunto es que sepas que hacerlo no es irreverente o inapropiado si se hace con el fin de estudiarla.

¿Por dónde empiezo?

Spoiler: el personaje principal se llama Jesús, dice ser el hijo de Dios, y al final termina muriendo. Parece que ahí se acaba la historia, ¡pero no! Entonces su padre lo resucita.

El siguiente es un asunto sumamente importante. La mayoría de los nuevos usuarios pretende comenzar por el primer libro (Génesis), pues suponen (con algo de razón) que como todo libro, se necesita comenzar por la primera página e ir leyendo página tras página ordenadamente hasta llegar al final. Recuerda que lo que tienes no es un libro, ¡es una biblioteca de 66! Mi recomendación es que comiences por la segunda sección de la biblioteca, que se llama Nuevo Testamento. En la primera parte de esta segunda sección —los evangelios— conocerás el personaje principal y el propósito de todos los demás libros. Eventualmente leerás Génesis y terminarás en Apocalipsis, pero comenzando por los evangelios podrás entender mejor la historia. Si comenzaras por Génesis, tendrías que leer 39 libros antes de que aparezca el personaje principal, por lo menos de manera explícita. Eso puede tomarte más de un año si la lees todos los días y tendrías que pasar por libros algo incómodos de leer: libros con asientos contables (Números) o rigurosos códigos legales (Levíticos) que hacen que muchos se desanimen antes de tiempo. Los evangelios son cuatro y todos narran la misma historia (el nacimiento de Jesús, sus enseñanzas, su muerte y su resurrección). Podrías comenzar con el Evangelio de Juan, que es mi favorito para nuevos lectores. Bueno, ya te conté parte de la trama, lo que sigue es un spoiler: el personaje principal se llama Jesús, dice ser el hijo de Dios, y al final termina muriendo. Parece que ahí se acaba la historia, ¡pero no! Entonces su padre lo resucita y vuelve a aparecer vivo ante cientos de personas. Sorprendente, ¿verdad? Luego harás un flashback como si se tratara de la serie de TV Lost —avísame si necesitas ayuda para hacerlo— y pasarás a los libros del Antiguo Testamento, en ellos se habla de que vendría un Mesías y se dan las señales para que podamos reconocerlo. Cuando juntas la historia que leíste en el evangelio de Juan con las profecías que encontrarás en el Antiguo Testamento te caerás para atrás de la sorpresa: ¡se cumplen! Precisamente eso fue lo que hicieron los primeros cristianos: ellos eran estudiantes de las profecías, y al ver cómo se cumplieron en Jesús2, desde las más sencillas hasta las más difíciles (la ciudad en la que nació, sus milagros, su muerte y resurrección, terminaron creyendo en Él.

Círculo especial de lectores

Existe un círculo especial de lectores, compuesto por personas que al leer los evangelios y las profecías terminaron convenciéndose.

Tengo que dejarlo aquí, pues se te van a cansar los ojos antes de que comiences realmente a leer la Biblia, sólo quiero contarte algo más antes de que abras la tuya en el evangelio de Juan. Existe un círculo especial de lectores, compuesto por personas que al leer los evangelios y las profecías terminaron convenciéndose de que Jesús es quien dijo que era, de que verdaderamente es el Mesías anunciado, el hijo de Dios. La segunda parte del Nuevo Testamento comienza en el libro de los Hechos y trata de cómo vivieron los primeros lectores. Pero la historia continúa: se ha venido repitiendo hasta nuestros días cada vez que alguien vuelve a leer la Biblia y termina convenciéndose. Cerca de ti probablemente hay un círculo especial de lectores, acostumbran a reunirse los domingos en la mañana, los reconocerás porque sus vidas poco a poco comienzan a parecerse al protagonista de la historia.

Y les dijo: estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras; y les dijo: así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén. Y vosotros sois testigos de estas cosas. Lucas 24:44-48

  1. Proverbios 23:22 []
  2. Juan 1:45: «Felipe halló a Natanael, y le dijo: hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret». []

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