La pereza se confunde con emprendimiento, con optimización, con creatividad, con esperar oportunidades ideales y con una falsa idea de lo que es «el éxito»
Asuntos básicos como tener una agenda o un presupuesto podría impactar más en tu crecimiento espiritual de lo que has sido consciente.
A diferencia de lo que enseña la cultura popular y muchos cristianos repiten por ignorancia, trabajar no es un castigo, sino un privilegio dado al hombre —desde antes de la caída— para que expresara la imagen de Dios (creatividad, orden, prudencia, sentido de propósito y concreción) puesta en él, trabajando.
Distraernos en cosas secundarias aunque no necesariamente sean pecaminosas es la tentación más común: el abuso del trabajo —incluido el trabajo ministerial— o el abuso del reposo son distracciones populares que por no tener la connotación negativa de la borrachera, el adulterio o la idolatría se pasan por alto.
Foto: Mi escritorio de de trabajo en la oficina, lleno…