¿Qué tanta difusión está teniendo el libro electrónico entre los lectores cristianos?

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l libro electrónico y el mundo del libro en general es uno de los temas que me atraen. Aquí mismo he hablando antes sobre la urgente necesidad no solamente de publicar libros, sino de formar al lector cristiano. Soy un lector frecuente y estimo que ahora mismo más del 80% de mis lecturas formales ocurren en un Kindle, el resto en libros físicos y una mínima parte frente a una computadora. Por eso estuve atento cuando supe que Melvin Rivera, un amigo muy querdido, estaba haciendo un podcast sobre el tema con Juan Triviño (de Producción Editorial), que una autoridad en este medio. En nuestra iglesia local algunos hermanos usan Tablet, pero lo más común es que sigan leyendo sus libros en físico. Aquí hago un pequeño resumen del podcast y les recomiendo que lo escuchen completo (30 minutos).

Resumen

En Norteamérica la proporción está entre un 30 y un 40 por ciento según la facturación que están teniendo algunas editoriales y se pronostica que llegará a ser el 50%, por lo que está garantizada la existencia del libro físico, para tranquilidad de los libreros. En España va entre un 8 y un 15 según las editoriales. En américa latina países como Colombia o México están liderando todo el proceso del libro digital, sobre todo por la acción de las universidades.

El libro digital tiene evidentes ventajas comparado con el libro físico, pero para algunas personas. Y también tiene evidentes desventajas comparado con el libro físico desde otros puntos de vista.

Una de las preguntas que encontré más relevante fue la siguiente: ¿El manejo de los derechos digitales (Digital Rights Management o DRM) cohíbe la difusión del mensaje cristiano o es una manera de proteger la propiedad intelectual que contribuye a que más escritores puedan seguir escribiendo? La opinión de Triviño es que —aunque respeta las opiniones que puedan tener otros— estos derechos digitales solamente penalizan al que compra. Que no sirven de nada. Que no protegen a los autores. Dice que tarde o temprano en el mundo editorial sucederá algo similar lo que sucedió en la industria musical: inicialmente traían DRM y ahora la tendencia es a no traerlo. (Creo que esto último lo dijo Melvin.)

El DRM encarece el libro, pues hay que pagarle a una compañía por usar su tecnología de protección. Entiende que la manera «de hacerlo bien» es precios realistas, lanzamientos digitales a la par con el libro físico y una política de educación hacia la gente.

Melvin le preguntó a diferentes presidentes de editoriales en USA que cuáles eran los libros digitales que más se estaban vendiendo. Su respuesta fue que las novelas, pues los libros secuenciales (comienzas en un punto y sigues ordenadamente hasta el final) son más fáciles de leer en un formato electrónico, no así libros como la Biblia, que es un libro que no leemos secuencialmente. Triviño comparte esta opinión, y añade: «las novelas, a menos que sean aquellas que te marcan para toda la vida, se leen una vez, y el libro digital es muy atractivo para ese tipo de libros que sólo se leen una vez». Dice que eso no ocurre con otros tipos de libros que el autor quiere conservar. De todos modos, Triviño prefiere leer la Biblia en digital.

Un comentario que llamó mi atención fue el siguiente: Triviño opina que tener la Biblia en formato digital ha atraído a aquellos lectores que antes probablemente no la leían en determinados lugares, como el tren, para no sentirse cuestionados. El libro digital da cierto anonimato al lector, puede leer lo que quiera y dónde quiera sin sentirse cuestionado. Por otro lado, muchas personas están leyendo sus Biblias en diferentes momentos del día porque la llevan en sus bolsillos, cosa que antes era muy difícil.

En su caso particular Triviño no le encuentra ninguna utilidad al audio libro, aunque admite que otras personas sí. Dice que le resulta muy complicado manejar un auto y escuchar un libro, pues en un momento determinado puedes perder el hilo de la conversación que dos personas están teniendo en la radio o no prestar atención a una canción determinada cuando necesitas tener tu atención a la carretera, pero en el libro te pierdes. (A mí me sucede lo mismo. Cuando leo necesito hacer pausas para pensar en el contenido, admitirlo o rebatirlo, cuando he intentado escuchar un audio libro mientras conduzco tengo que pasarme todo el trayecto con los dedos en el botón del radio: pausando y retrocediendo.)

Intenté hacer un resumen —con mis palabras, citas libres— de las partes que yo encontré más interesantes. Les recomiendo que escuchen el audio y se unan a la conversación. También pueden seguir a Juan Triviño y a Melvin Rivera en las redes sociales. Algo que eché de menos fue una aclaración sobre el formato: leer un libro diagramado específicamente para Kindle (o cualquier lector) está a años luz en usabilidad que leer un PDF de un libro escaneado. En obras cortas (artículos, ensayos) quizás sea útil un PDF, pero cuando pasa de 15 páginas se vuelve una tortura para los ojos y todo el cuerpo. Esta puede ser una gran oportunidad para las editoras: invertir en adaptar los libros correctamente al medio electrónico para que los lectores paguen por calidad y comodidad. Es tu turno: ¿y tú? ¿Lees en físico (papel, tinta, hilo y pegamento) o en digital? Deja tu opinión abajo, en los comentarios.

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