Asà como providencialmente se nos ha concedido creer, también se nos ha concedido padecer e identificarnos con Cristo, a veces en formas muy palpables.
Fruto no es cualquier cosa «buena» que se manifiesta en la vida de alguien, sino, solamente aquello que se manifiesta como consecuencia de la vida de Cristo y que sin Cristo serÃa imposible que se manifestara.
Estuve leyendo ayer la historia de Acab y la viña de Nabot (1 de Reyes 21). Esta tiene un valor especial para mÃ, pues fue uno de los pasajes de la Biblia que primero prediqué, hace ya unos 12 años. Encontré en ella unos cuantos principios ―no sé si los mismos que encontré aquella vez― […]