Este material sobre las Bienaventuranzas lo desarrollé mientras me preparaba para exponer el Sermón del Monte el año pasado en nuestra iglesia local. (No he terminado de exponerlo, estoy en la recta final, con dos sermones pendientes a predicar próximamente: 31 de Enero y 7 de Febrero, con la ayuda del Señor.) Luego lo aumenté […]
La completa eliminación del hambre, de la enfermedad o las injusticias no deberÃa ser nuestra aspiración en este momento. Pero el otro extremo, la indiferencia, tampoco deberÃa ser nuestro lugar: sabemos que siempre tendremos pobres entre nosotros, pero podemos trabajar para que no sean siempre los mismos.
Pregunta: ¿SerÃa correcto volver a predicar un sermón ajeno, quizás algún clásico de otro siglo? Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro, hasta que el dÃa esclarezca y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones; entendiendo […]
No podemos salir a preguntarle al mundo lo que el mundo quiere que se le predique, pues el mundo ha sido cegado, esclavizado y engañado; anhela y compra lo temporal e imperfecto porque desconoce completamente lo perfecto y atemporal. Si el ministro antes de predicar al mundo tiene que preguntar, o él mismo no está seguro del poder del evangelio o de plano, es tan ignorante en estas cosas como su auditorio.
Una de las principales razones por las que la gente rechaza hoy el evangelio no es por considerarlo como falso, sino, por considerarlo como trivial.John Stott (1921-2011), Pastor, Escritor y Conferencista. Uno de los pensadores cristianos más influyentes del siglo XX.