Simplemente practica con diligencia y todo irá muy bien; tienes cinco dedos en cada mano tan sanos como los míos.
—Johann Sebastian Bach (músico y concertista),
aconsejando —con humildad— a uno de sus estudiante.
(En un mundo en el que se exageran las habilidades de los instrumentos en detrimento del Creador, las dos manos «comunes» de Bach son un gran testimonio de humildad.)