El miércoles sostuvimos desde Invermedios —la empresa que estoy desarrollando— una reunión con los responsables de comunicación externa de una telefónica local en la que les propusimos un proyecto sumamente interesante. El mismo incluye desarrollar una estrategia de marketing, una herramienta de TI y gestionar una comunidad para alcanzar un objetivo concreto en determinado mercado. Nuestra principal diferencia competitiva en Invermedios es que nuestra oferta no es sólo tecnologÃa, sino también estrategia y gestión de proyectos: diseño, implementación y mantenimiento.
Al salir de la reunión, mientras conducÃa hacia otro compromiso, me preguntaba a mà mismo la razón por la cual los tres elementos claves de Invermedios (Gestión de proyectos, Marketing estratégico y TecnologÃas de Información) no han estado tan presentes como serÃa de esperar en PezMundial, la iglesia en la que estoy sirviendo. Y allà mismo acaricié la posibilidad de desarrollar la misma estrategia que les ofrecà a la telefónica durante el 2009 en nuestra comunidad cristiana; pero algo que comenzó en mi estomago y terminó en mi cabeza me hizo abandonar el pensamiento en el mismo momento en que llegó.
TodavÃa no he encontrado la razón, pero algo muy fuerte me impide. Pensar en contar a mis hermanos y amigos según determinadas variables y proyectar esos números en diferentes trimestres del año como lo harÃa en una empresa me produce una reacción muy negativa. Ya antes he dicho que la iglesia debe medir sus frutos y optimizar sus recursos, ahora estoy buscando un lÃmite que sea saludable.
Dic 12, 2008