En 1954, como preparativos de la campaña de Billy Graham en Londres, se presupuestaron 150,000 dólares para gastos de publicidad, una cifra sin precedentes. Como hacía poco tiempo se habían gastado cientos de libras para recibir a otro evangelista procedente de África que perdió la vida en un accidente aéreo, le preguntaron a Jerry Beavan, subdirector de la campaña, si en caso de accidente el dinero sería reembolsable. Para salvar la situación, la sociedad de seguros Lloyd’s de Londres diseño una póliza de seguros «especial» para garantizar la llegada oportuna de una persona para una actividad pública especifica. El comité organizador quedó satisfecho al saber que el dinero estaba protegido, aunque a una prima bastante alta. [Fuente: Tal como soy, la autobiografía de Billy Graham.]
Jul 21, 2008