Vale la pena trabajar en equipo, y para hacerlo conviene tener presente las motivaciones que nos llevaron a dejar de trabajar solos.
La completa eliminación del hambre, de la enfermedad o las injusticias no deberÃa ser nuestra aspiración en este momento. Pero el otro extremo, la indiferencia, tampoco deberÃa ser nuestro lugar: sabemos que siempre tendremos pobres entre nosotros, pero podemos trabajar para que no sean siempre los mismos.