La misericordia es la expresión intencional del amor, impulsada por el Espíritu Santo y expresada ante aquellos que de forma natural no entrarían en nuestro radar.
A diferencia de lo que enseña la cultura popular y muchos cristianos repiten por ignorancia, trabajar no es un castigo, sino un privilegio dado al hombre —desde antes de la caída— para que expresara la imagen de Dios (creatividad, orden, prudencia, sentido de propósito y concreción) puesta en él, trabajando.