En su contexto histórico, lo que Cristo estaba proclamando no era solamente sorprendente, sino hasta ofensivo. Un pacificador no podía ser un buen ciudadano —ni entre los judíos ni entre los romanos—, tal cosa era una inmoralidad. En su tiempo, promover la paz era tan inmoral (por alterar el statu quo) como lo es ahora el militarismo.
La gracia común de Dios se ve en la vida de los cainitas (la reprensión, la edificación de ciudades, el establecimiento de familias, el desarrollo tecnológico y en el florecimiento de las artes), con su expresión más grande en tu paciencia.
Esta prueba sí es confiable para determinar si una perspectiva escatológica es saludable: ¿La esperanza que usted tiene ejerce una influencia santificadora en su alma? John MacArthur, en su libro La Segunda Venida. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.1 Juan 3:3 (La […]