No hace falta estar en la primera juventud, sino estar frescos en la presencia del Señor y prestos para responder cuando se nos requiera.
Quisiera implementar en el trabajo que mis hermanos y yo hacemos para el Señor las mejores prácticas que estén a nuestro alcance: no solamente servir a los demás con nuestros dones, sino hacerlo como buenos administradores.
El llamado de Cristo a sus discÃpulos no fue finánciame, sino sÃgueme, algo que no afectarÃa tanto su bolsillo como su tiempo, y es esta precisamente la paradoja de nuestros dÃas: hoy hay más gente dispuesta a poner su mano en el bolsillo que gente dispuesta a poner su mano en el arado. En los […]