La iglesia de Cristo deberÃa proponerse cada año (con la ayuda del Señor y en su temor) alcanzar un nivel más alto en su devoción. El Salmo 100 es un punto de partida, pues el salmista hace una serie de llamados piadosos que harÃamos bien en proponernos responder: cantad, servid, reconoced y entrad.
Los niños tuvieron también un lugar importante en el ministerio de nuestro Señor Jesucristo: el Maestro miró los niños, permitió que se acercaran a Él, los tomó en sus brazos, oró por ellos y los bendijo.