Cualquiera podrÃa pensar que la iglesia del Señor es un lugar ideal, uno en el que no existen los conflictos y si acaso se presentara alguno se resolverÃa de forma rápida y sin mayores dificultades. No, eso no es asÃ. La iglesia es una familia real, una en la que las diferencias y desavenencias se presentan dÃa tras dÃa entre hermanos que no siempre logran ponerse de acuerdo, por lo menos, no en el momento.