El canto congregacional (7/8)
No desafina tanto ante Dios la vibración en la cuerda de una guitarra como el carácter de quien la sostiene; podría seguir con una cuerda rota y Dios recibiría por igual su canción, pero si no tuviera el corazón correcto, aunque vibrara la cuerda en su frecuencia, sería reprobado; el hombre, su canción y su guitarra.