PodrÃa ser que la motivación de quienes siguen hoy el camino de los edomitas (alegrándose, jactándose y aumentando la aflicción del hermano caÃdo) sea un fuerte celo por la obra de Dios mal canalizado, pero en muchos casos la motivación podrÃa ser todavÃa más baja: soberbia, arrogancia y la falta de misericordia; envidia, celos y viejas rencillas sin superar.