El llamado de Cristo a sus discÃpulos no fue finánciame, sino sÃgueme, algo que no afectarÃa tanto su bolsillo como su tiempo, y es esta precisamente la paradoja de nuestros dÃas: hoy hay más gente dispuesta a poner su mano en el bolsillo que gente dispuesta a poner su mano en el arado. En los […]