Es deseable y necesario el involucramiento de todos los creyentes en la obra del ministerio, pero antes de entrar, el obrero debería tener una fuerte convicción de que es el Señor que le está llamando.
La iglesia local debería evitar que se relajen las ordenanzas del Señor, evitar que, ya sea por negligencia o ignorancia, quienes no han creído sean tenidos como verdaderos creyentes o miembros de una iglesia local.
Vale la pena trabajar en equipo, y para hacerlo conviene tener presente las motivaciones que nos llevaron a dejar de trabajar solos.
Dejar de pensar en mí para pensar en nosotros y proyectarnos en forma corporativa es un esfuerzo constante e intencional. ¡Es parte de morirnos a nosotros mismos!
Un hombre no regenerado podría convenientemente apartarse aunque sea temporalmente de pecados particulares al constatar sus destructivas consecuencias, pero solamente aquel en el que habita el Espíritu Santo puede llegar a ver el pecado como Dios lo ve.
Si viniste a Cristo siendo un adulto y estás luchando para hacer en tu vida la voluntad del Señor, espero que en este artículo puedas ver que no estás solo y encontrar aliento. ¡Confía en el poder del Evangelio!